23/8/08

Tu olor...


Tan sólo quiero tenerte entre mis brazos. Ese deseo llena mis días interminables en la distancia. Me pregunto cómo he podido, siquiera, poder respirar hasta hoy, cuando tus besos no recorrían mi piel erizada. Mi cuerpo me pide continuamente tenerte cerca, gritando desesperado por tocar tu cuerpo. Ese cuerpo lascivo, hecho para mi sexo, que acaricio mentalmente mientras sujeto mi polla erecta para retenerte junto a mí.

Te imagino sobre mí, apretando mis piernas entre las tuyas. La cabeza hacia atrás, mostrándome tus pechos ardientes, revolviéndote el pelo. Esa imagen me tortura una y otra vez, ya que no puedo llegar hasta ellos. Están tan lejos como mis pies del suelo firme. Me siento flotando en tus fluidos vaginales, me siento parte de ellos, recorriendo tus cavidades carnosas en busca de aquel lugar pequeñito que te hace explotar. Dios, tus gemidos y tus jadeos resuenan en mi cabeza tan cerca...

Me doy la vuelta y empujo contra el colchón de mi cama vacía mi miembro extasiado, sin dejar de agitarlo con mis manos. Una vez estuviste aquí, sobre este colchón, y tu olor sigue hirviendo mi sangre. Olor de tu pasión, aroma de mi lujuria, esencia de nuestros orgasmos. Tu cuerpo nunca ha dejado de correrse sobre mi, cada día, cuando me despertaba entre sudores y espasmos.

Quisiera volver a sentir tus nalgas jugando entre mis manos, tus pechos reposando entre mis labios, tu risa ensordeciendo los truenos de la tormenta. Mis labios sangran tu ausencia, mordidos por mi desesperación. Me miro en el espejo, solo, y veo tus manos apareciendo por detrás. Me sujetan por el pecho, acarician mi vientre, arañan mi cuello, mmm, se pierden en mi entrepierna... Creo que voy a correrme, mi cuerpo agotado, extenuado, tembloroso. Pero no puedo, no quiero hacerlo... sin ti.


Foto: Robert Mapplethorpe

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bella pagina. Me enamore eroticamente de ella y ya no puedo salir
Gracias